Amante (y gran conocedor) del pop en su más amplio significado, se agradece que Francisco Nixon haya querido recrear el castizo sonido de las producciones setenteras de Algueró, Santisteban o Trabucchelli, tomándolo además desde el ángulo más elegante posible, sin rastro de kitsch para sus melancólicas composiciones.
Ah, y además rescata Juventud, la delicada versión de los chilenos Tiza de un tema de Terry Winter, a dúo con Linda Mirada, otro acierto.