Miren Iza, que había confirmado a Tulsa en el formidable ‘Espera la pálida’, muestra en ‘La calma chicha’ que su querencia por la americana y el folk se le quedaba pequeña. Ahora abrazada al pop electrónico, nos convence de que su enorme sensibilidad para retratar el dolor y las frustraciones permanece intacta. Canciones como ‘Oda al amor efímero’ se entregan a nuevas sonoridades de su palestra, mientras que ‘Los amantes del puente’ nos recuerda que siempre podrá trasladarnos a tiempos tan pretéritos como los años 50 cuando se lo proponga.