ROSALÍA


El mal querer, de Rosalía, por Íñigo López Palacios ( PAM – Ruido)

Rosalía metía ruido desde sus inicios. No había publicado todavía Los ángeles, el disco de flamenco minimalista que ganó la última edición del Premio Ruido, y la demanda de entrevistas era mayor de lo que podía atender. Algo especial había en esa mujer catalana que la convertía en el centro de atención allí donde actuaba. Pero ni siquiera eso hacía prever el monumental éxito de El mal querer, editado por Sony el 2 de noviembre, y que en apenas dos meses la ha convertido en un fenómeno mundial. Propulsada por el videoclip de Malamente, lanzado en mayo, El mal querer corría el riesgo de no estar a la altura de las expectativas. Muchos la esperaban deseando hacer sangre, pero han tenido que envainarse los cuchillos, aunque los volverán a sacar al menor signo de debilidad. De momento, Rosalía pisa firme en terrenos resbaladizos con una naturalidad asombrosa. Nada parece demasiado grande para ella, y eso es una novedad entre los artistas españoles, a los que les cuesta sacar la cabeza fuera de las fronteras nacionales, y cuando lo hacen recuerdan esos documentales en los que una gacelilla criada en cautividad es soltada en la naturaleza. Sería asombroso que Rosalía no estuviera en esta lista. Casi más que no volviese a ganar el premio, lo que la convertiría en el primer artista en hacerlo dos veces, y de forma consecutiva. Hace dos años hubiera sido impensable. Hoy, para ella, es una minucia.