Astronauta, de Zahara, por Beatriz H. Viloria (PAM – Mondosonoro, Musicazul)
Mujer inteligentísima, polifacética y con las ideas bien claras. Ocurrente, graciosa y espontánea. Que Zahara Gordillo tenía carácter y una personalidad bastante arrolladora ya se pudo adivinar en la primera metamorfosis que supuso La Pareja Tóxica (2011), tras su edulcorado debut. Se confirmó del todo con Santa(2015), donde fue contra todo y contra todos, y salió ganando.
Ahora quería más y se ha ido directa a las estrellas de la mano deAstronauta, cuarto álbum en el cual se vislumbra un recuento de los últimos tres años, una montaña rusa vital y creativa para la ubetense, envuelto en un pop luminoso (y espacial) de narrativa eminentemente costumbrista. Zahara nos hace bailar con La bestia cena en casa, mientras muestra su lado más cortante, y nos hace imaginar una pedida de mano en David Duchovny. Aparece la más visceral en El Diluvio Universal y la más etérea en Multiverso, y confirma su buena mano para las colaboraciones con Santi Balmes y Miguel Rivera.
Historias llenas de detalles y referencias que se corresponden con el cuidado formato físico del disco, apostando, de nuevo, por el álbum como una experiencia más allá de la propia escucha. Santa Zahara está preparada para ascender a los cielos. Listos para el despegue.