CUPIDO

He aquí al grupo que está a punto de inventar un nuevo estilo: Indie-Trap

Porque la mezcla es esa. Un cantante de trap que, en vez de vacilar de entrepierna, tatuajes o puños, abre su corazón. Y en vez de cantar sobre bases programadas de su DJ, lo hace con una banda.

¿Cuál es resultado? Al margen de las impresionantes cifras de sus visitas en You Tube y escuchas en Spotify, lo que hay es algo que no es ni pop, ni trap, pero es todo. Una verdadera mezcla, donde ningún estilo se impone a otro. El efecto de la guitarra es muy particular, hace siglos que no escuchamos ese efecto. La voz, a tope de autotune, por supuesto. Trucos y ganchos del mejor R&B, si Rihanna venció y convenció con su “ella, ella, eh, eh” de “Umbrella”, aquí hay “oh”, “oh”, por un tubo.

Canciones que son tan directas como una carta de un adolescente enamorado en la era en que no se escriben cartas.

Canciones que son WhatsApp-s de alguien que te dice que está a punto de comprar algo en el chino y de fumarse un porro para dormir. La voz no dramatiza y su aparente desapasionamiento es lo que lo hace tan creíble. No grita, te habla. Y la banda va tan ajustada, tan sobria, tan metida en lo que tiene que hacer que habría que erigirles un monumento como ejemplo de lo que es tocar “para” alguien o “con” alguien. Ni un leve atisbo de molestar. Base humana. ¡Què maravilla!