FUERZA NUEVA

Situacionistas de un mundo líquido, Fuerza Nueva emplean el recurso de la ironía postirónica para crear un artefacto que usa la burla como mechero de conciencias. O no. 

Un disco a medio camino entre el “épater le bourgeois”, la broma privada y el repaso a una tradición compartida (no sólo la autóctona, sino también la de Joy Division o Spacemen 3, que a estas alturas es tan propia como la de Enrique Morente).

Un disco que roza lo conceptual y que se ofrece al público para ser leído como una granada abierta: múltiples significados, uno por cada oyente, que oscilan entre el código del viejo punk británico y el mero escaparatismo.

Poco tiene que ver este disco con el que El Niño de Elche había grabado con Toundra bajo el nombre de Exquirla. Si con los madrileños todo era quiebro y poliedro ruptura, aquí hay pausa y esfera. Donde allí había un cantante en desafío consigo mismo y luchando por hacerse oír, aquí es un cantante cómodo en colchones de compases regulares. Exquirla era sábado noche en vuelo vertical. Fueva Nueva es un domingo sinuoso tumbado en horizontal.

“Fuerza Nueva” es un collage, un empleo de distintos materiales usados y mezclado de forma más o menos sutil. Pero, no se coge cualquier cosa, se toman como base, melodías y referencias muy concretas (el himno de la legión, els segadors, himno de los gitanos...) y el imaginario poético oscila entre la parte religiosa que suena a arenga política y la llamada a las armas que se parece a una oración. Todo es tan peligroso, político, místico o viceversa como cada uno desee. Fuerza Nueva tiene tanto de creación como de recreación.