ULTRABELLEZA, de María José Llergo

Disco de precioso título y de instrumentación etérea y casi minimalista donde se impone la voz como una perfecta metáfora de la libertad. Porque más que ir hacia el más allá de la belleza, en este álbum la palabra clave es justicia, y es que, ¿puede haber belleza sin justicia?

Así que entre melismas, subidas y bajadas, los textos son monedas lanzadas al cielo y a Dios, pero sobre todo, son letras de autoestima y de una ansiada libertad. Su voz en ascenso representa la vida, la fuerza y la libertad, mientras que la parte negativa son la venenosa sombra de los celos y es que la autora los nombra una y otra vez. Y es que dentro las formas tradicionales de concebir las relaciones, los celos son el verdadero mal.

Ultrabelleza también un canto a su profesión, que es la que le permite viajar, romper cadenas y tener otras perspectivas del mundo. Formada en la ESMUC de Barcelona (como Rosalía, Silvia Pérez Criz o Rodrigo Cuevas) conoce bien todas las herramientas para modificar la tradición a su antojo y escoger a sus colaboradores (y colaboradoras, que Zahara aporta mucho a la producción) para que, entre mantos de teclados y breves programaciones, surja la belleza de su voz buscando ultrajusticia.